Un presentimiento no tiene la potencia de una visión.
Una visión puede ser a través de un sueño especial (tan especial, que sabes que no es un sueño sin que nadie te lo haya explicado), un trance, una experiencia mística. En estos casos conectamos con otra "realidad". Otro estado intangible, espiritual.
Un presentimiento es mucho más común. Todo el mundo tiene presentimientos. Puede variar la intensidad, la sensación o sensitividad. Puede ser algo que nos venga del otro lado o no.
En cuanto a las visiones que tienen un contenido profético, siempre se puede argumentar de las múltiples situaciones que pueden provocar estos estados de conciencia sin tener que ampararnos en la mística. Estados tóxicos por drogas, enfermedades o trastornos mentales, por ejemplo.
En los estados tóxicos, creo que el propio intoxicado es consciente una vez acabado el estado tóxico. Que fuera del estado tóxico le de credibilidad o no a lo que haya visto no deja de ser tan sui géneris o ambiguo como el que tiene un sueño y le da "credibilidad" o no. Es el propio sujeto que ha experimentado la experiencia quien decide si es una alucinación "recreativa" o lúdica, o le quiere dar otro trasfondo. En cualquier caso es el devenir del tiempo y el acierto o no (en el caso de las precogniciones) las que serán juez implacable de la certidumbre de la visión.
En los trastornos o enfermedades mentales, diríamos algo parecido. Aquí una vez te han puesto la "etiqueta" no hay mucho más que hacer. Si alguien dice que ve "cosas" se le "contradroga". Se le droga (con antipsicóticos, por ejemplo) para que no tenga las experiencias y visiones que otros tienen sólo cuando se drogan deliberadamente para "alucinar".
Es sabido que culturas más "primitivas" utilizan alucinógenos con un sentido místico o religioso. El chamán no era el "fumao" de la tribu. El uso de determinadas sustancias les servía como ayuda en su tarea mágica o espiritual.
Y es la realidad, tozuda ella, la que pone a cada uno en su sitio.
Por tanto, si en las visiones admitimos la posibilidad del "autoengaño" de su incertidumbre, más la admitiremos en los presentimientos, aún más efímeros, en estado normal de conciencia, más habituales y mejor explicables racionalmente.
Aquí va un presentimiento que he tenido hace unos minutos. Para hoy 7 de Mayo, por la noche en Francia, en París centro, sobre las 22 o 23 horas, hora local. Algo va a pasar. Veo:
- disturbios
- al margen de los disturbios, algo que no tiene que ver con las propias organizaciones que provocan los disturbios. Algo relacionado con el exterior, con potencias extranjeras o con terrorismo internacional. Pero sólo será un susto. Un susto gordo. No he visto muerte. He visto algo parecido a un desalojo masivo por aviso de bomba. Puede incluso que haya alguna explosión. Pero no he visto muerte. Si un gran susto del que se hará eco todo el mundo,
Por cierto, Macrón ganará las elecciones presidenciales francesas con amplio margen. El "aviso" iba contra él. Y él lo sabrá. Y la celebración de su victoria terminará con su "desalojo" con la cabeza algo baja y con cierta pesadumbre y desasosiego (y algo de vértigo). Él sabrá de quien es el aviso. Los medios dirán lo que saben del aviso, que puede ser cierto o no. Pero Macron sí sabrá la verdad.
Ciudad X, España.
7 de Mayo de 2017. 16:20 (hora local)