En estos últimos días, tras el terrible cataclismo que ha asolado la Comunidad Valenciana en España, hemos asistido con consternación y horror al impedimento deliberado por parte del gobierno español de cualquier acción de rescate, no sólo por parte de los organismos, sino también de voluntarios y ciudadanos. La ausencia de intervenciones apropiadas estuvo acompañada de la prohibición de brindar asistencia y asistencia de emergencia, incluidas las ofrecidas por los extranjeros. Los afectados llevan tres días dejadas sin comida, sin agua y sin electricidad. Y mientras los supervivientes permanecían junto a los cadáveres de sus seres queridos, con un cinismo deleznable el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se negó a declarar el estado de alarma y respondió a los medios: Si los valencianos necesitan ayuda, sólo tienen que pedirla. Los miembros de las fuerzas del orden y los bomberos informaron a sus superiores militares la orden de no intervenir. El domingo, los Reyes de España y el Presidente se personaron en el lugar del desastre, siendo duramente cuestionados por su escandalosa ausencia. Sánchez desapareció ante la reacción de la población ultrajada, simplemente furiosa.
Esto, como ahora se admite incluso en la corriente principal, es el último desastre científicamente planificado para los países discutidos en el Foro Económico Mundial, cuyos funcionarios gubernamentales son los principales promotores de la Agenda 2030. El pasado agosto, en la prensa internacional, se anunció que El impacto de los vastos proyectos de geoingeniería adoptados oficialmente por Marruecos podría tener un impacto destructivo en las condiciones climáticas de España, y que la comunidad científica había expresado serias preocupaciones y esperaba un seguimiento cuidadoso de los fenómenos meteorológicos en la Península. Sabemos que estos proyectos son financiados en gran medida por la Unión Europea y por otras entidades privadas alineadas con la narrativa fraudulenta del cambio climático. También sabemos, a través de patentes registradas y de proyectos difundidos a nivel global, que la siembra de las nubes implica la emisión al aire –tanto sobre las personas, como en las aguas y en los cultivos– de sustancias altamente tóxicas, como el aluminio, el bario y el estroncio. Además, el programa HAARP – High Frequency Active Auroral Research Program – es ampliamente utilizado como arma no convencional, debido al impacto devastador de las altas frecuencias en el clima, los fenómenos sísmicos y la actividad volcánica. Los seguimientos realizados en los días previos a la inundación y en las horas en que se producen las precipitaciones muestran anomalías que los expertos reconocen como un efecto inequívoco de intervenciones humanas y no naturales.
España no es, lamentablemente, la primera nación afectada por estos fenómenos provocados deliberadamente. El deseo criminal de causar el mayor daño posible al pueblo es demasiado claro. Pensemos en la gestión verde local de embalses y suministros, todos destruidos en los últimos años; o en los canales y cursos de agua, donde las normas europeas prohíben el dragado y la limpieza de troncos y ramas. Y más: las imprudentes políticas de destrucción de la agricultura, la agricultura y la pesca, en beneficio de la producción intensiva de las multinacionales; la planificación de isquiotibiales y secuencias mediante geoingeniería, con el objetivo de reconvertir los campos abandonados al cultivo de instalaciones fotovoltaicas para alimentar los centros de datos con el objetivo de controlar cada uno de nuestros movimientos. Las multinacionales se están apropiando de la gestión del agua, bajo el pretexto del cambio climático, con el único fin de utilizarla para sistemas de refrigeración en los mismos centros de datos.
Todo esto sucede en todas partes, con la complicidad del silencio de una empresa propiedad de los mismos grandes fondos de inversión: BlackRock, Vanguard, StateStreet. Todo está en sus manos: los contadores, los dioses de los estados, la información, la comida, la salud, las armas, el mismo aire que respiramos, la misma luz del sol, que cada vez que nos oscurece una cabeza de nubes.
Pero cuando consideramos que esta conspiración contra la humanidad es evidente y ha sido admitida por sus líderes –el primero de todos, Klaus Schwab–, se puede clasificar como una teoría de la conspiración de cualquier voz crítica, de cualquier forma de disidencia. La farsa pandémica debió mostrar de manera indiscutible las intenciones criminales de quienes impugnaron un carácter experimental, sabiendo que provocaría mutaciones genéticas permanentes, además de esterilidad, efectos adversos graves, incluida la reactivación de tumores y la muerte. ¿Cómo aprendimos este experimento de ingeniería social? ¿Y qué imagen ha quedado de nuestros gobernantes, ahora que sabemos que actuaron deliberadamente contra sus conciudadanos? Criminales al servicio de una élite subversiva, a veces más poderosa e invasiva, a veces más arrogante y violenta.
¡Queridos valencianos! ¡Y otros, pueblo de toda España! Ante esta inmensa desgracia que nos ha golpeado de forma tan brutal y desprecuada; ante la traición de los que deben servir al pueblo, deben servirnos y a cambio manifiestan claramente su maldad, para que puedas recuperar tu alma católica de la que es heredera tu nación, dando gracias a este vínculo de hermandad cristiana que nos une a Nuestro Señor Jesucristo al único Padre Eterno. Siéntate y testifica con orgullo tu fe, con esperanza, en caridad. Recupera, incluso y sobre todo entre la barricada y los carroñeros, la fuerza para ayudar al prójimo, que es precisamente la persona que buscas, que está necesitada. Rezad: rezad juntos, recitado juntos el Rosario mientras excaváis, mientras rescatáis a vuestros seres queridos fallecidos
Que la Santísima Virgen desamparados sea vuestra protectora y su fortaleza. Que el Arcángel San Miguel acompañe hasta el Cielo a las almas de quienes han encontrado la muerte en este terrible cataclismo provocado por criminales al servicio de Satanás.
Sé que os estoy buscando espiritualmente con la oración. Invoco sobre todos vosotros, queridos Valencianos, y sobre todos vosotros españoles, la Bendición de Dios y la Gracia del Espíritu Consolador. ¡Viva Cristo Rey!
+ Carlo María Viganò, Arzobispo
3 de noviembre MMXXIV a. D.
Fuentes:
Ejército Remanente
AyL
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