Nueva carta abierta a Iker Jiménez
Esta vez no le enviaré nada. Confío en que lo leerá directamente aquí. Tengo razones suficientes para creer que es uno de mis lectores, cosa que me honra profundamente porque como es sabido soy seguidor de sus programas desde hace años y le considero uno de los poco periodistas a los que se les puede llamar periodista en Expaña, antigua España.
- Yo no soy apocalíptico - ha dicho en algunas ocasiones, incluyendo alguna vez el plural (no somos...). Incluso ha hablado de webs que hablan del '2027'...
Yo tampoco soy apocalíptico, si por tal se entiende una "forma de ser" que consiste en ver el fin del mundo en cada desgracia planetaria que nos ofrecen los mass media.Una especie de "hipocondría generalizada", una tendencia natural y personal a la tragedia y al desastre.
No. El "apocalipsis" es lo que es. No es el fin del mundo. Es el fin de los tiempos.
Es un momento crítico de la Historia donde acaba una era que ha alcanzado su grado máximo de degeneración y corrupción y empieza otra. Y empieza otra mejor.
Y subrayo mejor porque esto no se trata de pesismismo ni optimismo. Ni de ser un pánfilo "flower power" ni de ser un siniestro "conspiranoico" a la caza de tragedias.
El mundo que vivimos está mal. Se va a poner mucho peor y después, cuando todo haya llegado a su máxima degradación y parezca que todo se acaba, vendrá la nueva era. Un nuevo cielo y una nueva tierra, como en el apocalipsis de San Juan se dice literalmente.
Por cierto, se compara mucho esta época con la que le tocó a Noé. De la que se dice que era mucho menos corrupta, degenerada, viciosa, homicida que la actual y cuyo "proceso apocalíptico" en forma de diluvio Universal" fue un proceso-castigo mucho más liviano que el que se acerca, el que ya está aquí.
La pregunta lógica ahora es, ¿Por qué yo hablo del Apocalipsis?
Desde luego no soy el único. Está escrito que en los últimos tiempos habría quienes se dieran cuenta. Si no, todas las profecías, apariciones marianas, ¿Para qué? ¿Para que nadie se entere?
Alguien tendrá que darse cuenta.
Dar una demostración de tipo racional, hablando, por ejemplo de cambios climáticos, órbitas de asteroides y geopolítica y la posibilidad de enfretamiento bélico no nos iba a llevar muy lejos. Salvo a enunciar posibles posibilidades (valga la redundancia) de que ocurran determinadas desgracias:
- "De aquí a 5 años habrá un apagón en centro Europa"
- Cada vez habrás más fenómenos meterorológicos extremos
- Crece la posibilidad de guerra entre China y EEUU por el conflicto en Taiwan y el Mar Meridional de China
- Idem con Rusia por Ucrania, por ejemplo
En fin, posibilidades, conjeturas.
Yo no hablo de esto. Yo hablo de la interpretación de las profecías y mensajes marianos que son abundantísimos y todos apuntan en la misma dirección. Todos son coherentes entre sí, no se contradicen y en todo caso se reiteran y complementan.
La lectura de las mismas no dejaría lugar a duda a cualquiera que no fuera un necio. Y creo que Vd. no lo es.
Poner fechas como hago yo, es altamente arriesgado. Yo sigo creyendo que tengo cierto don de profecía, pero quizás fallo en las interpretaciones de las mismas, sobre todo en las fechas. Porque estoy convencido que todo lo que yo he visto y lo que los demás han visto, se cumplirá, si bien las fechas no sean exactamente las que yo propongo.
Este don no es en absoluto mio. Es una gracia del Espíritu Santo que se me hace, inmerecidamente, a un pecador como yo. Y creo en él porque llevo "viendo" toda mi vida, y siempre termino viendo que lo que vi se termina cumpliendo.
Claro que ni Vd. ni nadie tienen por qué creer en lo que yo digo que veo.
Pero es que, insisito, son abundantísimas las profecías y mensajes, y hay que ser un necio o un ignorante (de las profecías y mensajes) para desecharlas tan alegremente.
Aquí, es donde probablemente esté la gracia de la fe y del Espítiru Santo. Lo que decimos los profetas, si se me permite, no es para todo el mundo. Es solo para los "elegidos", para aquellos cuyo nombre está escrito en el libro de la vida (cito de memoria del Apocalipsis).
¿Quiere ser un elegido? Lea, investigue, ore...
Juan XXIII profetizó el fin de los tiempos para la fecha que resulta de sumar la muerte de Cristo más dos milenios, lo que nos sitúa en el año 2033 o un poco antes.
Esta fecha, más lejana que la propuesta por mi, es plausible y a mi me deja confuso. Ahora tendría que organizame hasta el 2033, que no es lo mismo que organizarme para el 2025.
Pero año arriba, año abajo, esto está ya aquí. Y sólo los elegidos pueden verlo y entenderlo.
Y el grupo de los elegidos no está cerrado. Todos estos años son una gracia, para que incrédulos, necios e ignorantes cambien su actitud para formar parte de los que pueden ser salvados.