Entonces, ¿Cuál es la motivación?
Esta noticia, casi silenciada, nos pone de nuevo ante la miseria ética de los medios de comunicación. No sólo se silencia. Es que además, nos prentenden hacer creer, que el autor, un "refugiado" ruandés, no tenía motivaciones terroristas.
Ni de odio, claro. Uno va quemando catedrales por deporte.
No es sólo la noticia, su silenciamiento, relativización... es que nos toman el pelo a la puta cara.
Disfruten de la cosecha, que por cierto, ahora viene y en abundancia.
Hasta ahora, eran pequeñas viandas campestres.