Según un informe, filtrado al periódico Bild, preparado para Markus Ulbig, ministro del Interior de Sajonia, donde más de 40.000 inmigrantes están alojados en centros de refugiados hubo diez asesinatos o intentos de asesinato en los centros para inmigrantes sajones en 2016, así como 960 agresiones físicas, 671 casos de lesiones graves, siete violaciones, diez agresiones sexuales a menores y 268 casos de tráfico de drogas. El informe también citaba cientos de incidentes relacionados con robos, coacción, incendios provocados, refriegas y ataques a policías.
Y añado yo, que se sepa, o que nos quieran contar.
La violencia en los centros de acogida para inmigrantes sajones continuó durante los seis primeros meses de 2017: hubo más de 500 agresiones, varios homicidios y cientos de denuncias por robo.
Los expertos llevan tiempo alertando que la práctica de alojar a los inmigrantes de diferentes entornos étnicos y religiosos en alojamientos pequeños es un terreno de cultivo ideal para la violencia.
En toda Alemania, se denunciaron alrededor de 40.000 delitos —cerca de 150 cada día— en los centros para refugiados durante los primeros nueve meses de 2016, según otro informe filtrado por la Policía Criminal Federal (Bundeskriminalamt, BKA). Estos delitos incluyen 17.200 agresiones, 6.500 robos, 510 ataques sexuales y 139 asesinatos o intentos de asesinato.
Los observadores dicen que esto es sólo la punta del iceberg, ya que la mayoría de delitos no se denuncian por miedo a represalias. La BKA no hace públicos sus datos sobre la delincuencia en los centros para inmigrantes, y no ha habido más filtraciones de dicha información. Las evidencia anecdótica sugiere, sin embargo, que los delitos de inmigrantes contra inmigrantes son endémicos en toda Alemania.
En Hamburgo, se denunciaron 219 agresiones sexuales contra mujeres y menores en los centros para inmigrantes durante los primeros seis meses de 2017, frente a las 200 agresiones de ese tipo denunciadas en el mismo periodo en 2016.
En Baviera, un inmigrante afgano de 41 años que se encontraba en un centro para refugiados en Arnschwang mató a puñaladas a un niño de ocho años de Rusia, al parecer porque el niño había hecho demasiado ruido. Después se supo que un tribunal bávaro había advertido que el afgano, que ya había sido arrestado antes por pirómano, representaba una amenaza para los demás. Las autoridades bávaras ignoraron la advertencia y lo ubicaron en un centro para refugiados donde el niño se alojaba con su madre. El asesinato provocó 6.500 llamadas de madres solteras en los centros para migrantes de Baviera pidiendo que las alojaran en unidades distintas.
También en Baviera, un inmigrante de 47 años de Kazajistán que se encontraba en un centro para refugiados en Eggenfelden castró a un inmigrantes ucraniano de 28 años, que en consecuencia murió desangrado. Después se supo que el kazaja había violado al ucraniano, ayudado e incitado por un grupo de migrantes de Chechenia.
En la Baja Sajonia, un migrante sudanés de 26 años agredió sexualmente a una niña de 12 años de Serbia en un centro para refugiados en Braunschweig. Más de cien serbios intentaron tomarse la justicia por su mano antes de que la policía interviniera con espráis de pimienta.
En Renania del Norte-Westfalia, una refriega colectiva en un centro para inmigrantes de Dortmund dio lugar al apuñalamiento de un migrante de 28 años. Cuando la policía intentó detener al atacante de 19 años, ésta fue atacada por una turba de más de 40 inmigrantes. La policía empleó perros para restablecer el orden. En Colonia, una trifulca masiva entre grupos de inmigrantes africanos resultó en la muerte por apuñalamiento de un hombre de 22 años. En un centro de asilo en Espelkamp, un inmigrante libanés de 32 años apuñaló a otro inmigrante, que murió desangrado in situ. El libanés fue detenido y después puesto en libertad. El fiscal dijo que no había suficientes pruebas para juzgar al hombre.
En Hesse, inmigrantes han apuñalado a otros inmigrantes en centros de acogida en Bad Salzschlirf, Dillenburg, Ehrenberg, Fulda, Giessen, Helsa, Hilchenbach, Kassel y Wetzlar.
En otras partes de Alemania, los inmigrantes han apuñalado a otros migrantes en Albbruck, Alsterdorf, Asperg, Bad Aibling, Beelitz, Bonn, Dorfen, Gelsenkirchen, Gera, Görlitz, Helmstedt, Hilchenbach, Iserlohn, Kirchheim, Leipzig, Neugablonz, Neustadt, Peine, Prenzlau, Schaidt, Simmozheim, Tröstau, Ulm, Usedom, Waffenbrunn, Wardenburg, Weißenbrunn, Weißkeißel, y Wernau — entre otros.
Volviendo a Sajonia, cuando Bild preguntó por qué dichos crímenes, que rara vez son denunciados por la policía o los medios, se mantienen en secreto, un portavoz del Ministerio del Interior repuso que revelar dicha información no era un interés público: “Los hechos que las autoridades que los están investigando consideren apropiados para el conocimiento público dependen de las circunstancias de cada caso individual”.