Por el contrario, desaparecieron 4.400 puestos ocupados por españoles, algo inédito. Supone, por tanto, una ruptura total con la tendencia natural que año a año mantenía hasta ahora el mercado de trabajo español. Hasta 2019 la inmensa mayoría de los nuevos empleos iban destinados a los españoles, salvo casos puntuales, relacionados con la etapa de llegada masiva de inmigrantes.
Pero en 2019 ya se produce un cambio y ese año finaliza con la mitad de todo el empleo creado para extranjeros. Este fenómeno se agudizó en 2020 y, antes de que la pandemia hiciera sus estragos, se produjo un ‘sorpasso’ y el trabajo inmigrante superó al español. Ahora, en el final de 2022 se ha llegado incluso a dar la vuelta y todo el empleo creado ha sido para foráneos.
Nueve millones en 2050
Este cambio de tendencia —que se agravará en los próximos años, puesto que se prevé que llegarán más de nueve millones de inmigrantes hasta 2050— se produce, además, en pleno debate sobre si se facilita la llegada de extranjeros para ocupar vacantes en el sector de la construcción, que alerta de que necesitarán medio millón de trabajadores para los próximos cuatro años. Sin embargo, los sindicatos y Unidas Podemos, con la vicepresidenta Yolanda Díaz a la cabeza, se oponen rotundamente a traer mano de obra extranjera al país de los tres millones de parados. «No nos vamos a sumar a esta moda facilona que acabará diciendo en poco tiempo que en España la gente no quiere trabajar», dijo recientemente el secretario general de UGT, Pepe Álvarez.