Estoy viendo una conferencia de un sacerdote que hizo una tesis doctoral sobre Garabandal.
Como saben, habrá 3 fenómenos: aviso, milagro y castigo.
El castigo es condicional, pero los que hemos accedido al conocimiento del otro mundo, sabemos que va a haber castigo y lo tengo escrito ampliamente en este blog.
El milagro será el más grande desde los tiempos de Jesucristo. Esto es importante, porque hasta ahora el más importante desde Jesucristo fue la "danza del Sol" en Fátima, presenciado por más de 70000 personas.
Pero en esta conferencia, nos recuerda que el milagro de Garabandal será aún mayor. Si después de semejante milagro la gente no se convierte, ya no habrá nada que hacer.
Pero si me pongo a escribir ahora, poniendo en pausa el vídeo, es porque me ha recordado el aviso. El aviso será una gracia que hará que todos veamos nuestra alma tal y como la ve Dios. Parece que es algo que ya vieron santos y místicos en el pasado. Y si me pongo a escribir ahora, es porque yo ya tuve esa visión. Y no era consciente de su importancia. Es algo que recuerdo, que se me quedó grabado, por su impacto, pero no sabía que eso era una gracia que ya fue vista por otros y que será vista en breve, en el aviso.
En Acerca de mi, en la actualización de Abril de 2017, escribo textualmente:
(...)También he tenido experiencias místicas, de comunión con Dios. Desgraciadamente fue hace mucho tiempo. Soy un pecador...He visto mi alma, su forma, "color", salir de mi cuerpo y elevarse al techo, desde donde también me veía.(...)
Quizás no la viera con la misma potencia con la que la vieron otros Santos. Quizás no la vi como la ve Dios. Pero yo vi mi alma aquella noche de hace muchos años. Apenas un niño, en la solitaria y oscura habitación. Una visión con el alma donde "vi mi alma salir de mi cuerpo y elevarse al techo, desde donde también me veía".
A diferencia de otras visiones, más cerca del trance, ésta sí que fue más próxima al éxtasis místico.
No sólo fue la visión, también la emoción desbordada que acompañaba aquella visión y que dejó en mi una huella indelebe.
He tenido tantas experiencias. Ciencia infusa, visiones proféticas, sensitividad, éxtasis místicos, regalos de Dios tan maravillosos, que no sé como no se me cae la cara de vergüenza de no salir ahora mismo a predicar la segunda venida de nuestro señor Jesucristo.
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