OCTUBRE 2023

¡ATENCIÓN! . . . . . . . . . . . . OCTUBRE DE 2023. COMIENZA LA GRAN TRIBULACIÓN . . . . . . . . . . . Y DESPUÉS DE OCTUBRE . . . . . . . . . . . . NOVIEMBRE NACIONAL EN ESPAÑA

EUROPA HACIA EL COLAPSO

La profecía es pronta, la invasión salvaje.
La guerra será total.


NO TENGAN MIEDO. TENGAN FE.

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El fin de los tiempos. Quiero ser luz. Quiero ser tu luz

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26 de agosto de 2017

De los "apparatchiks"

Así se denominaban en la antigua Unión Soviética a los miembro del "aparato". A los miembros del aparato del PCUS.
Ya podías ser el ingeniero más brillante de tu promoción que sin el carnet del PCUS no ibas a llegar muy lejos. Con razón el PCUS fue en su día el partido con más afiliados del mundo.
Nuestro ingeniero si no disimulaba muy bien su animadversión al PCUS no es que no llegara a ser el ingeniero más brillante de su promoción, ni siquiera hubiera obtenido el título. Puede que si se hubiera pasado mínimamente de la raya, hubiera acabado en Siberia o en cualquier otro no buen sitio.

Después, un buen día, después de defender férreamente el dogma marxista-leninista, casi todos los diputados del Soviet Supremo y del Soviet de las Nacionalidades, se convirtieron a liberales, socialdemócratas, conservadores, fascistas, nacionalistas o ultra religiosos cristianos ortodoxos. Después de décadas de dirigir el acoso y la persecución política contra cualquier disidencia del dogma político materialista.

Aquí en Expaña (antigua España) hemos tenido (y tenemos) abundantes apparatchiks. Trepas, supervivientes, chaqueteros, oportunistas, gentuza sin escrúpulos. ¿Cómo fiarse de una persona que sus principios son arrimarse al Sol que mejor calienta?
Pues ahí están todos. Inmensos traidores a España (no a su ideología porque nunca han tenido) que ayer eran franquistas y hoy dan lecciones de democracia. Hijos y nietos de caciques que hoy siguen siendo...caciques. Eso sí, con un carnet del PSOE, del PP o del partido político que les convenga.

Gentuza.

Según Alerta Digital:

Camilo Williart, el compositor de la canción que el "comunista" Víctor Manuel dedicó a Franco, rompe su silencio: “Siempre me pedía que le tocara el ‘Cara al sol'”

Camilo Williart
Camilo Williart, cuarenta años de catedrático en el Conservatorio Superior de Música de Madrid, se presenta ante el cronista en un establecimiento hostelero de la capital malagueña. Su voz atiplada, pero firme, da cauce a un sinfín de anécdotas durante sus muchos años de consorcio profesional y sentimental con las corcheas y los pentagramas. Curtido en mil historias relacionadas con la música, el docente octogenario, con mueca nostálgica, da paso al pianista y compositor que se codeó con algunas de las principales estrellas del firmamento musical durante las décadas de los 60 y 70.
Una de esas figuras fue el cantante Víctor Manuel. Además de componer algunas de las canciones que consagraron al asturiano como uno de los artistas fulgurantes de la España tardofranquista, Camilo Williart fue testigo de primera mano de la transformación ideológica del de Mieres del Camino. De entrada un dato fundamental: Camilo Williart fue el encargado de poner  los acordes a la canción-panegírico “Un gran hombre”, dedicada a ensalzar las grandezas de Franco.

Icono durante décadas de los progresistas españoles, Víctor Manuel confirmaba a El Mundo que la voz en este tema para gloria del Generalísimo era la suya. Ponía así fin a una polémica de años en la que amigos y compañeros ideológicos intentaron eliminar, destruir, olvidar y, sobre todo, negar su voz en la canción grabada en 1966 por el sello Belter.
 

La historia de la canción nos la cuenta el propio Williart: “En los 60 trabajaba de pianista en el hotel Ritz de Madrid. Allí conocí a Víctor Manuel. Nos presentó un amigo común. Se inició entonces una relación musical entre ambos que duró algún tiempo. Componíamos cada día en una casa situada en Santa Feliciana 13. Tengo que decir que el Víctor Manuel simbólico para varias generaciones de izquierdistas españoles, no se corresponde en absoluto con el perfil ideológico que entonces tenía. Era bastante falangista y un gran admirador de Franco, del que hablaba maravillas. También de José Antonio (fundador de Falange). De hecho, antes de que comenzáramos los ensayos, le gustaba que le interpretara al piano el “Cara al sol” (himno falangista). Un día me propuso dedicar un tema a Franco. Yo compuse la música de “Un gran hombre”, pero fue él quien hizo la letra. Víctor Manuel solía hablar entonces muy mal de los comunistas”.
El catedrático de Música recarca el apoyo del régimen de Franco a la carrera musical de Víctor Manuel. “Solíamos ir a las emisoras del Movimiento, que fueron muy importantes para su promoción artística”.

 La relación musical entre Víctor Manuel y Camilo Williart se fue sin embargo deteriorando con el tiempo: “Terminé mal con él. Su agente nos fue distanciando. Tenía una novia guapísima, que era hija del segundo cocinero del Ritz. Era Pilar Cuesta (Camilo siempre se refiere a Ana Belén por su verdadero nombre) y nuestra relación se rompió del todo. Hace 8 años nos vimos por última vez”.
Afirma Camilo Williart que el cantante asturiano le debe aún una importante suma de dinero por algunas de las canciones que le compuso. Títulos tan exitosos como “Lazos azules y rosas”, “El cobarde” y el “Tren de madera” llevan su firma musical.

Además de su relación musical con Víctor Manuel, Camilo Williart nos desgrana anécdotas relacionadas con varias de las personalidades de fama mundial que tuvo la oportunidad de conocer y tratar. Nos quedamos con la que tuvo como escenario el hotel Miramar de Málaga y a una de las divas más deseadas del cine, en los trepidantes años 60. “Trabajaba allí de pianista. Un día se me acercó Ava Gardner, me rodeó con sus brazos para pedirme que tocara una pieza de Chopin. A Frank Sinatra, que entonces era su pareja sentimental, no le sentó bien aquel gesto. Se acercó, comenzó a discutir con ella y no dejó en muy buen lugar a los españoles. Yo seguía tocando”, rememora entre risas.
Camilo Williart despide nuestra charla reivindicando a los clásicos españoles. Cita a Albéniz y Falla y los sitúa a la misma altura de los grandes genios musicales.

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